Anoche, bastante pasadas las 20 hs. llego el momento de copy, el debate de propiedad intelectual que veníamos anunciando. El evento se desarrollo con bastantes diferencias de lo que habíamos planeado, pero el clima distendido y participativo que ambicionábamos fue mas que logrado. Originalmente queríamos confrontar las ideas de quienes tienen posturas que parecen opuestas, para encontrar factores en común y fuertes diferencias en una mesa compuesta por partes iguales de copyrighters vs. copylefters, cual si la realidad no fuese tan compleja. Creíamos que era posible reunir las posturas mas diversas en un solo lugar para que entre todos sacáramos al menos un par de ideas en limpio, pero aprendimos que esa no es tarea fácil, y que no alcanza con tener espacio, ganas y puertas bien abiertas. No logramos concretar ideas como incluir la opinión de Maria Kodama en esta charla, y se nos frustro por motivos técnicos la comunicación con la gente del partido pirata argentino que con una predisposición extraordinaria se sumaban a nuestro evento.
Pero anoche un grupo de personas interesadas por la complejidad del panorama cultural local y mucha curiosidad, nos dedicamos a intercambiar ideas y conocer un poco mas sobre cuales son nuestros intereses como comunidad cuando hablamos de cosas como acceso al conocimiento, identidad cultural, el ejercicio de la creación y los cambios en las reglas del juego global que nos afectan.
El debate lo inicio Leila Torres, una de los diez exponentes confirmados de la mesa de discusión, pero una de los 4 que efectivamente abrieron esta conversación. Cuando invitamos a Leila, lo hicimos, no solo por su basta acreditación académica ( Lic en Comunicación Social. Especialista en Docencia Universitaria; Especialista en Humanidades y Cs Sociales; Especialista en Educación y Nuevas Tecnologías. Profesora en Docencia Superior No Universitaria. y Doctoranda en Politica y Comunicación) ni por su despliegue como oradora de TEDx, sino por todo lo que sabíamos tiene para aportar a esta discusión, por su experiencia en el escenario local. Mas allá de cualquier expectativa, inicio esta charla de la mejor manera, asumiendo que independientemente de su postura en este asunto, tiene mas preguntas que certezas. Para introducirnos en esta charla la Lic. Torres explico la importancia del derecho a la cultura y sobre todo hizo hincapié en el peso del acceso al conocimiento y la necesidad que tenemos como sociedad de liberar nuestra producción local para no perder nuestro acervo.
Le siguió la charla de Maxi Bron, también Lic. en Comunicación, quien explico la esencia de su proyecto E-libro, donde parte de la liberación de la producción local se esta ejecutando. El Lic. Bron es el impulsor de una editorial que publicara textos académicos en multiplicidad de formatos y con licencia creative commons desde la UNLaR, contribuyendo así que parte de la producción local tenga mayor circulación y mas posibilidad de seguir creciendo. Nos contó que ya están preparando el primer libro de este proyecto, y que lo mas importante de este emprendimiento radica en la conciencia de sus autores sobre lo que se gana al compartir este material.
Luego la joven Virginia Gorosito, estudiante de Comunicación, desde el mismo espacio que sus docentes, se animo a compartir su punto de vista, donde explico porque cree que la cultura debe ser libre y gratuita, y que no podemos pretender inclusión social en educación cuando el conocimiento tiene precio.
Cerro la etapa de ponencias del evento Octavio Calvo, el artista plástico, autor de encuentro, el mural de la catedral que luego de 3 años de permanecer oculto tras una pared, tuvo su primer contacto publico cuando la justicia fallo a favor de los derechos morales del derecho de autor que consagra el tratado de Berna. Calvo, que ademas es miembro de la Fundación, fue el único que hablo a favor del derecho de autor, pero a su vez era el único que que vive de su obra. Su ponencia fue media tensa, porque a pesar de haberla preparando y leernosla previamente hasta que nos la memorisaramos, fue presa de una especie de pánico escénico, que aun estamos tratando de deducir si fue producto de la obnubilacion de los discursos de los comunicadores o si era la incomodidad de haber quedado como el único parado en la vereda de los que tienen ciertas reservas frente a esta liberación de la cultura, o una extraña conjunción de ambas. Pero aun así, en un tono medio timidon y difuso, nos contó las razones por las que considera que los derechos de los creadores fueron desvirtuados cuando se priorizaron los de una industria que se adueño de la propiedad intelectual.
El publico no titubeo al contribuir con su opinión y empezó a fluir el intercambio de ideas. Los presentes mostraron que la solvencia para la ejecución de la tarea creativa debe ser tenida en cuenta, así como la necesidad de diferenciar la liberación de productos culturales con fines de compartir de aquellos que lucran con las producciones ajenas. Se distinguió también la necesidad de la utilización de software libre en la escuela publica, la clandestinidad de la que se revisten ciertas expresiones artísticas como remixes y sampleos, y hubieron duras criticas en relación a las legislaciones que pretenden perpetuar un viejo modelo de negocios en lugar de regular las practicas sociales.
De una mesa planeada para 10 disertantes, 4 se animaron a iniciar este debate, 3 prefirieron participar sin sentarse en la mesa, y 3 destacaron con su ausencia preguntas distintas a las que hubiéramos hecho con su presencia.
El debate fue enriquecedor, y nos dejo mas preguntas, pero un par de buenas certezas. Sabemos que el cambio esta sucediendo y sabemos que necesitamos adaptarnos a este nuevo panorama para defender nuestra cultura, sabemos que solo podemos hacerlo mediante la colaboración y somos varios los que estamos dispuestos.